jueves, 18 de octubre de 2007

GRAN MAESTRO DEL CINE


No puede dejar de asombrarme que Raúl Ruiz, hoy homenajeado en Roma, nos haya regalado el honor de hacer en la Concierto que ya no existe, "Los Cinco Sentidos", ese radio teatro donde todo el día homenajeamos a Gabriela Mistral, la Primera Dama del Pago de Chile. Claro, porque Violeta es la Reina de esos Reinos con súbditos egoístas, niños mal terminados que no controlan la ira, la envidia, el esfínter, ante esos talentos deslumbrantes.

Me parece increíble que de una conversación con Augusto Góngora tenida hace un par de años y medio, hayamos podido un día del 2.007 estar en un locutorio armando una orquesta de Tos dirigida por Ruiz. Haber interpretado una canción canuta escrita por él.

Me emociona haber recibido llamadas de él para juntarnos a almorzar. Sin duda alguna muchos amigos míos y un montón de extraños se lo merecen más, mucho más. Pero ha sido compartido, hemos estado varios disfrutando de una gran conversación. Pero bueno, me tocó como a otros más. Debe ser un regalo de mi padre muerto que sigue bromista, que supo en vida que en 1.991 lo perseguimos por Viña del Mar a escondidas, como si estuviéramos viendo a un Iluminado o al fantasma de Ruiz. Y por cierto, lo era. Ambas cosas. Porque Ruiz vive en esa zona donde el tiempo no existe.

Lo más emocionante de todo esto fue una llamada al día siguiente de renunciar, para invitarme a conversar sobre el tiempo libre, cómo aprovecharlo, de la incapacidad del coterráneo para no hacer nada y disfrutar de ver pasar los segundos sin pudor. Estuve dos horas -aún no sé por qué yo, debo repetirlo- disfrutando del tiempo libre con Un Gran Maestro del Cine que además es, simplemente, un Hombre Notable.

Una sociedad que sólo valora la juventud está destinada al más rotundo de los fracasos. Las sociedades no pueden perder la oportunidad de conversar con el consejo de sabios. Aquellos que han surfeado la vida en busca de, como dice siempre Cristián Warnken, las flores inexistentes. De ahí es de donde sacaremos la madera para hacer nuestros barcos y partir en busca de otros continentes. Que los hay aún. Miles de ellos.

No pude dejar de emocionarme cuando lo vi en la televisión recibiendo el premio en Roma. El mismo de Godard, de Hitchkock, de Scorsese y otros titanes del ojo. Cómo no emocionarme sabiendo que estaba presente Augusto en ese momento, ahí, en la ciudad que más ama, con su amigo Raúl.

La vida está más viva que uno. Y estoy agradecido de que sea así. Sorprendido y feliz de estas oportunidades únicas.

Así las cosas, ¿cómo no disfrutar de estos días de ocio?

¡Salud, Gran Maestro Raúl!


pd: Ruiztón todos los sábados. Información donde Maza.